El miedo al fracaso Parte I

El temor a que no vamos a obtener los resultados que esperamos es la principal causa que hace que muchos no decidan llevar a cabo una acción, por ejemplo, emprender un negocio, sacar adelante una idea, decidirnos a aprender un idioma o incluso aprender a dibujar o pintar .. Pero, por qué tenemos esos miedos? qué es lo que nos provoca esa sensación de inseguridad que hace que no demos el paso?

Científicamente se ha demostrado que llevamos esos miedos en nuestros propios genes. Exactamente desde los albores de la humanidad, donde cada paso, cada decisión que tomaba el ser humano suponía mil peligros y amenazas. Salir de su cueva, de su hábitat, de su zona de confort, suponía poner en riesgo su vida. Nacemos directamente con esa herencia genética, que hace que a la mayoría de nosotros nos provoque ansiedad y miedos el salir de aquella zona y aquellas costumbres que tenemos controladas y dominadas ..

Cuál es nuestra respuesta inmediata cuando se nos plantea algo nuevo como, “por qué no aprendes a dibujar?” Normalmente se nos ocurren mil y una excusas para esquivar ese nuevo aprendizaje (podéis leer varias de esas excusas en la serie titulada “Excusas por las que no aprendo a pintar”, aquí en el blog). Lo mismo sucede cuando queremos emprender, en cualquier negocio, ya sea algo pequeño y sencillo o tratar de convertir esa idea en un negocio, con su plan empresarial y todo. Nuestro cerebro hace que recurramos a la procrastinación y encontremos mil excusas por las que no decidirnos a dar el paso, a llevar a cabo ese cambio en nuestras vidas ..

Hoy en día debemos ser valientes, casi héroes, para embarcarnos en la creación de un negocio, para decidirnos a aprender algo nuevo y ser capaces de ser constantes y cumplir con nuestros objetivos (ya sea aprender un arte, un idioma o apuntarnos al gimnasio para ponernos en forma). Septiembre es un mes (al igual que Enero), en el que casi todos nos fijamos unas metas, unos propósitos. Empezamos esta etapa del año con ganas de comernos el mundo (venimos descansados de las vacaciones y es el mejor momento de ponerse manos a la obra con nuevos aprendizajes o nuevos proyectos). El problema es que, normalmente, del 100% que toma una de estas iniciativas, al menos el 50% han abandonado sus propósitos después de la primera semana (una de las primeras excusas es que no tenemos tiempo que dedicarle y ya lo haremos más adelante, o simplemente que ahora no estamos preparados, ya lo haremos en otro momento). Y de ese 50% restante el 40% fracasara en el intento, resultando, con suerte, sólo un 10% como triunfadores.

Estaréis pensando que qué pesimista soy, pero sinceramente, todo lo contrario. Soy muy realista.. Lo que sucede es que yo no veo el no conseguir una meta como un fracaso, todo lo contrario, para mi, el no conseguir un objetivo es un éxito. Por qué digo esto?

Porque el no conseguirlo significa que lo hemos intentado, que hemos luchado por ello, que al menos hemos dado ese paso .. Pueden ocurrir mil cosas, que no hemos dado nuestro 100%, que realmente han fallado factores externos con los que no contábamos, que han sucedido cosas durante el camino que nos han impedido seguir avanzando, que realmente nos hemos dado cuenta tras intentarlo que eso no era para nosotros.. etc 

A mí me saca un poco de quicio la gente sin iniciativa, la gente a la que le propones que haga algo porque realmente confías en que es más que capaz de hacerlo y además sabes que es algo positivo para ellos, y su respuesta es tajante, directa .. “Yo es que no valgo para eso..” Al menos lo has intentado?

La propia sociedad, al menos en España (país donde resido), es una de las principales causantes de que existan pocos emprendedores que podrían sacar adelante increíbles negocios, porque están sobradamente preparados, tienen una buena idea y, sobretodo, tienen iniciativa y ganas de luchar por conseguir hacer realidad su proyecto. Cuál es el principal problema? Que si nuestro negocio o propósito no consigue el éxito esperado se nos va a tachar de perdedores, se nos va a echar en cara que hemos fracasado, se van incluso a reír de nosotros por haber intentado algo tan ambicioso. Es muy cómodo reírse de los demás desde la propia zona de confort, desde la cueva donde sabes que estas a salvo de los peligros del exterior. Eso que se considera por aquí un “fracaso” es un éxito apabullante en mi opinión ..

No solamente has demostrado valentía al intentarlo, has aprendido muchísimo más de lo que crees porque has encontrado problemas en el camino, que aunque hayan hecho que tu negocio o tu propósito no siga adelante, si que te han hecho crecer y aprender muchísimo. Ese crecimiento a base de aprender de los errores es lo que hace que haya merecido la pena el esfuerzo. En el próximo intento que hagamos sabremos esquivar todas esas trampas y baches en los que tropezamos en nuestro primer intento. 

Al contrario que aquí, en países como Estados Unidos, los inversores ponen toda su confianza y su apoyo en aquellos que han fracasado, si es posible no en uno sino en varios negocios. Porque demuestran no solo valor, ya que lo han seguido intentando, demuestran que son valientes, luchadores, fuertes y, sobretodo demuestran experiencia, ya no solo en su profesión o conocimientos, sino en enfrentarse al mundo exterior, a moverse fuera de la zona de confort. Esos valores, queridos amigos, son los más importantes si de verdad queremos lograr algo en la vida y no limitarnos a quedarnos como estamos y quejarnos de qué mal funciona el mundo. Hacen falta “fracasados” como esos para lograr una sociedad mejor y una felicidad a la que quizá aspiremos. Pero eso solamente se consigue a base de intentarlo..

Espero que os haya sido de utilidad la reflexión de esta semana, como siempre, seguiremos la semana próxima con nuevas reflexiones y divagaciones personales. 

Feliz semana a todos y gracias por vuestro tiempo!

1 comentario en “El miedo al fracaso Parte I

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar